Conoce San Carlos

San Carlos es una animada ciudad de playa poblada por mexicanos, canadienses y estadounidenses. Es una escapada de playa, buenos restaurantes, senderismo, pesca, deportes acuáticos y navegación. Cuenta con dos puertos deportivos de primera categoría -Marina San Carlos y Marina Real- con más de 700 embarcaderos. Un día cualquiera, al asomarse al agua, pueden verse veleros, yates y kayaks. El windsurf es popular en alguna de las playas. Frente a la playa de San Francisco, una mañana cualquiera, los practicantes de paddle surf navegan serenamente sobre mar en calma. Además de las opciones que ofrece el océano, hay excelentes rutas de senderismo en el Cañón Nacapule, que contiene una interesante variedad de plantas desérticas y palmeras. Para los escaladores expertos, el Cerro Tetakawi es un ascenso emocionante, con una vista que es una de las mejores del mundo. No faltan actividades recreativas en la zona.

En cuanto al tiempo en San Carlos, la mayor parte del año, cualquiera que venga del país de la nieve describiría el clima como perfecto. Soleado y en los setenta (Fahrenheit) durante la mayor parte del año, durante diciembre, enero y febrero, la temperatura desciende hasta los cuarenta por la noche. En otoño y primavera, el tiempo es agradable, soleado y templado. Debido a su ubicación, a salvo en el Mar de Cortés, el riesgo de huracanes es mínimo, aunque ha habido algunos. Se puede nadar en el mar la mayor parte del año. También existe la opción de nadar en las numerosas piscinas de los restaurantes locales. Sí, ¡restaurantes! Se puede desayunar y nadar, o comer y nadar, en varios sitios. Así, un perezoso brunch dominical puede rematarse con un baño. Hay un paseo marítimo con vistas a una agradable playa y un malecón (boardwalk) para pasear por lo alto de los acantilados junto al océano. Las vistas son increíbles. Al oeste de la ciudad hay kilómetros de playas vírgenes.

Los aventureros pueden conducir hacia el oeste hasta La Mancha uno, dos y tres, diminutos pueblos pesqueros con varios restaurantes especializados en marisco recién sacado de los barcos. Al adentrarse en estos pueblecitos, es posible vislumbrar el aspecto que tendría San Carlos hace 40 años.

La zona es un impresionante contraste de desierto y océano y, como tal, es uno de los entornos más raros del mundo. Hay un esfuerzo concertado (y un programa, el Grupo Tortuguero de las Californias) para conservar la población de tortugas marinas, en el que participan muchos mexicanos, estadounidenses y canadienses de la zona. Todos los años, a principios del invierno, se ayuda a las tortugas marinas a adentrarse en el océano y se vigilan sus nidos. Es una experiencia fantástica para personas de todas las edades.